
La vía del dolor, en tanto que vehículo y/o catalizador del crecimiento personal, de la evolución, toma de consciencia, etc. no es necesaria, así de sencillo.
No, no hay que caer en el fondo para poder “dar el siguiente paso”. No es una exigencia del guion, una condición “sine qua non”.
En muchas ocasiones escucho argumentos que tratan de validar este aspecto. Se podría expresar en la siguiente afirmación:
“Gracias a este suceso, he podido evolucionar y ahora soy mejor”. Como afirmación que me ayuda a cargar con un peso, un dolor, es una estrategia “útil”. Como medio para explicar la evolución es terrible.
Es cierto que, en ocasiones, hay personas que ante situaciones, problemas, enfermedades, etc. en medio del dolor que estas han provocado, han movilizado algo, han experimentado ese “click” o cualquiera que sea la forma que puedas encontrar para describir el proceso. Pero, a este respecto, cabe decir lo que sigue:
- Crisis no es sinónimo de evolución. La inmensa mayoría de las personas que se enfrentan a una situación difícil o traumática quedan marcadas de por vida y no remontan. Por no hablar de las tasas de suicido que en este país alcanzan cifras dramáticas, una persona cada dos horas se quita la vida.
- Hablamos de causalidad, quizás sin saberlo, cuando de hecho es todo lo contrario: el dolor es una consecuencia. No haber hecho lo que tenemos que hacer; no haber tomado las decisiones necesarias; no haber adquirido las habilidades/conocimientos o todo el arsenal de recursos personales y materiales; etc. nos lleva a un escenario en el que la consecuencia natural, es el dolor, caer en el pozo.
- Se puede evolucionar sin haber caído en el pozo. De hecho es el escenario ideal de crecimiento. En contra de la idea que expreso en el punto anterior, podemos plantearnos ese escenario en el que desde nuestra responsabilidad frente a nosotros mismos y la vida y un correcto ejercicio de la Libertad que nos obliga inexorablemente al libre albedrío y por ende a la toma de decisiones, enfoquemos nuestros esfuerzos en atesorar todos los recursos necesarios para afrontar los retos de la vida, detectar nuestras áreas de mejora y trabajarlas, identificar nuestros talentos para potenciarlos y en definitiva, tener una actitud de apertura a la vida, a sus retos, al cambio y a vivir como una experiencia que se fundamenta en la superación.
- No debemos olvidad que en muchas de esas historias de éxito y/o superación no solo hubo un “salto cuántico” o no fue el único aspecto relevante. Esas personas ya contaban con los recursos, habilidades/conocimientos que le posibilitaron enfrentar esa situación con éxito.
- Del pozo se puede salir, sí. Pero el precio a pagar es altísimo y ¿por qué no poner todos los medios para evitar caer? Asumiendo siempre, lo repito una vez más, que habrá cosas que escapen a nuestro control, incluso las reacciones propias.
Evidentemente, cuando se atraviesa una mala situación, lo mínimo que podemos hacer es extraer algún aprendizaje, tratar de utilizarlo en nuestro favor, etc. Pero asumir que “era necesario” hasta el punto de dar las gracias por el dolor que hemos vivido hay un salto que yo no soy capaz de entender.
Yo doy gracias a la vida por la vida misma, por estar aquí, pero no puedo estar agradecido de las cosas malas que me han ocurrido, ni mucho menos a los posibles actores que han intervenido/provocado un daño en mi vida.
Y eso no quiere decir actuar desde el rencor o quedarme en el dolor, todo lo contrario. Para mí significa seguir adelante asumiendo que si ha ocurrido, en parte, será por mis decisiones, incapacidades, etc. y teniendo presente que no todo lo que ocurre en mi vida es susceptible de control por mi parte. Ni tan siquiera el “cómo me lo tomo” depende de mi decisión o ¿eres del tipo de personas que opina que una persona con depresión, debería tomar la decisión de salir adelante?
¿Cabe pensar, entonces, en el azar o en un destino insalvable?
Habrá escuelas filosóficas, espirituales/religiosas, intelectuales, científicas, etc. que opinarán con todo lujo de detalles y suerte de argumentos, en una dirección y en otra. Ya he comentado en otras entradas de este blog que yo me inclino más a sentirme cómodo con el concepto destinación en el que la libertad es fundamental dentro de un contexto incontrolable y un marco determinista inamovible.
Lo cierto, es que hay alternativas, caer en el pozo no es la única opción y si estás en el mejor momento de tu vida, es el mejor momento también para tomar la decisión de poner todo tu foco en medrar, en ser permeable al cambio y tener una actitud frente a la vida de conquista, desde la responsabilidad personal y el trabajo, de aquello que le dé sentido a tu vida.
Mientras, dejemos a Dios y al Universo con sus cosas que si tienen que “intervenir”, si es que lo hacen, ya lo harán. Pero mientras tanto y como decía Picasso <<que las musas te pillen pintando>>.